El trabajo del arquitecto no consiste solamente en crear obra nueva, de hecho, las reformas están resultando un desahogo importante para bastantes estudios, asfixiados en su mayoría por la crisis en la edificación.
Este proyecto del estudio Beguiristáin y Bergera, para la reforma de un portal en Pamplona ha sido finalista en los Premios FAD 2010 y el Premio Saloni 2010 en la sección de arquitectura interior.
El encargo inicial consistía en la redacción de un proyecto para la eliminación de barreras arquitectónicas, ya que para salvar un pequeño desnivel de 170 cm. se
llegaban a emplear hasta tres tramos de escalera. En este contexto se propone el cambio de materiales y de instalaciones para adaptarlos a la actualidad.
llegaban a emplear hasta tres tramos de escalera. En este contexto se propone el cambio de materiales y de instalaciones para adaptarlos a la actualidad.
El estado actual mostraba un acceso que incluso en su arranque necesitaba escaleras. Este aspecto se ha eliminado en el reformado, introduciéndose grandes cristaleras que iluminan el recorrido hasta el ascensor, recorrido que con anterioridad, estaba marcado por recovecos y oscuridad.
La introducción de un plano vertical inclinado con respecto a la fachada, que arranca prácticamente en la calle, pretende marcar la posición del ascensor y a su vez eliminar los rincones inútiles para ser aprovechados.
Se ha dado continuidad a la doble altura preexistente, prolongándola hacia el exterior para dar mayor importancia a la entrada del edificio.
Los grandes bloques de madera se encargan de definir la doble altura, potenciándola gracias a la percepción de la escala.
El acero inoxidable da carácter a la nueva entrada, marcando claramente el exterior de un interior más cálido gracias a la madera que recubre los paramentos verticales. La continuidad la aporta el pavimento, que además define el límite físico de la propiedad.
Solución integrada de los buzones, aspecto que suponía un problema antes de la reforma.
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